Solo, bajo aquel árbol que paulatinamente va perdiendo hojas, veo a la gente pasar, las coronas de adviento, los bastones de caramelo, los calcetines colgados de la chimenea. El vestir y la moda conservan una intensa comunión con la época. La multitud se queda atrás de las vidrieras, algunas personas buscan entrar, un género, un color, una textura. Los consumidores no paran de hurgar y exhibirse, de imitarse haciéndose sociales. El movimiento es parte fundamental, el tono en el habla debe mantener la secuencia exacta. La demanda se incrementa, sobrepasa las expectativas. Todo debe ser decorado, cubierto con el manto único y mágico de la música. La multitud se ve, se pregunta, abren catálogos analizando presupuestos para discutir qué se compra, si esto o lo otro. Cientos, miles acceden al viejo truco de repetir lo fantástica que es la marca que funciona, la posesión desde el diseño. La comida y la ropa se asocian con la historia, se prepararán las mesas haciendo énfasis y juicios en lo decorativo. Inevitablemente se revelan en conjunto, ahora a lidiar con una inevitable avalancha de logos y luces: H&M, Burberry, Prada, Yves Saint Laurent, Topshop, Louis Vuitton.
La fatuidad del atolondramiento se vuelve perfiles generalizados. El centro comercial se establece como el eje central en la ciudad. Desde todos los ángulos se reúnen atendiendo al llamado… completo el círculo, veo las imágenes construidas a partir de la pose, la cosa que parece pero no es sobrepasa las masas que se arrastran ante los nombres. Bajo el estímulo de los ojos y los olores la representación se masifica con la exaltación de lo nuevamente obtenido. Voy a simular normalidad entre los personajes, el guion impone rectitud, de revelarme seré reprendido por los participantes del bazar y sus valedores. La fiesta del pesebre no puede ponerse en duda. En este gran hipermercado es un buen ejercicio reconocerse en silencio. Bautizado ante el pie de la cruz no contrarrestaré en ningún grado el diabólico grado de la catequesis. Intenté en vano otra posibilidad y no pude, contrariamente a lo que pensaba me vi seducido por las luces.
© Juan Carlos Vásquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario