Jay con cuerdas, Keith con vodka
y yo, tenemos un amigo
que nos invita,
que hace pabellones de oro
con peces y algas marinas,
que ayuda a la familia
a volar,
para despertarte de un charco,
bajo el trino desnudo de los pájaros,
esa inmensidad del paisaje,
¿Quieres?, de arriba abajo
con traje y bebiendo un gintonic.
Jay con píldoras,
que tiene miles de amigos
que han llegado a revolotear los brazos
en un esfuerzo por volar,
regadas con agonía oceánica.
concediendo al deseo sus caprichos,
tenemos un amigo que une,
donde se concentran los puntos de
la rapidez del viento sin desviar la
4 segundos, 121 kilómetros por hora.
Copyright © juan carlos vásquez
Imagen: Adam's collection
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