Golden Gate Bridge


Jay con cuerdas, Keith con vodka
y yo,  tenemos un amigo
que nos invita,

que hace pabellones de oro
con peces y algas marinas,
que ayuda a la familia
a volar,

como vuelan los sueños
para despertarte de un charco,
al dorso de la sombra,
bajo el trino desnudo de los pájaros,

esa inmensidad del paisaje,
y surge un alivio.

Ve,
te enseñará todo
sin palabras inútiles,


¿Quieres?, de arriba abajo
con traje y bebiendo un gintonic.

Jay con píldoras, 
Keith AA 
y yo,
tenemos un amigo
que tiene miles de amigos
que han llegado a revolotear los brazos
en un esfuerzo por volar,
porque te saldrán alas,
unas guirnaldas funestas
regadas con agonía oceánica.

Ve,
asómate a la reja
concediendo al deseo sus caprichos,
con las manos firmes, 
flexionando las rodillas
mientras contemplas 
el navegar de un velero.

Jay, 
Keith 
tu 
y yo
tenemos un amigo que une,
que dicta el camino
donde se concentran los puntos de
fuga,
la rapidez del viento sin desviar la
caída,
4 segundos, 121 kilómetros por hora.


Poema:
Copyright © juan carlos vásquez

Imagen: Adam's collection

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