Subsuelo

Empecé a voltear hacia todos los lados observando lo que sucedía. Sobre las mesas los movimientos y posturas se realizaban con una armonía exacta. El detalle formaba parte de lo trascendental. Vi a los jefes con sus camisas, sacos, zapatos costosos perfectamente peinados, salían de las oficinas a tomar una copa. Vi al orden monárquico con su sarta de ducados y marquesines. A los súbditos voluntarios haciendo formas reverenciales a la corona. A los fanáticos de la pulcritud masticando carnes que destilan grasas intestinales. A las gitanas videntes, a los traga fuego. Malabaristas rodeados de indigentes ambulantes ofreciendo porquerías orientales; a los turistas ingleses con caras insustanciales disparando sus cámaras sobre el monumento de un toro, engullendo cortes, devorando tapas. Bebiendo enormes jarras de cerveza, tratando de imitar ridículamente la Sardana, etc. Vi a los comunistas, a los neo nazis pro fascistas despertando heridas históricas de exterminio para crear grupos de poder y avivar el fuego del odio, el olor de la sangre entre simbologías ondeadas en banderitas, cruces, esvásticas, grafologías marcadas como la ganadería. Un límite al cruce, buscar un tono para señalar y jactarse... Vi las sedes religiosas, los curas con sus manos manchadas, la crueldad abierta. Dioses y figurillas, hermandades entre llantos y procesiones asqueados de si mismos petrificando la cara y haciendo una reverencia religiosa a lo familiar.
 

Imagen
JCV


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