La vocación de esa gente supuestamente estudiosa en el tratamiento de selección de obras, ya que por el estudio —riguroso— ha fructificado en incontables números las publicaciones de su revista, pero al dar un vistazo hay un secretismo enrarecido. Ensayos y conferencias para alimentar las descalificaciones, prioridad evidente hacía sus aduladores… borregos que una vez visualizados en la farsa realimentan un mito inexistente que data de un pasado muy lejano.
Que sabe mucho y bien de lo que habla o escribe o de lo que hablan o escriben los otros, a todas estas sin salirse de la granja que los ha cobijado de por vida.
Rescatan quitando o poniendo alguna frase según las simpatías:
«Hay detalles dispersos que parecerían apuntar a algo y solo son distracción y pérdida de tiempo, el cuento no se enfoca. Hay mucho que se podría recortar (a pesar de ser bastante corto) y el resultado sería el mismo».
«No encuentro elementos fantásticos ni de ciencia-ficción, solo hay algunas frases con las que uno podría imaginarlos».
«Me parece que no es un cuento, es un relato lineal de una experiencia».
Y es que evidentemente no es un cuento, es un relato lineal de una experiencia.
Y para estabilizar la balanza:
«Tiene muchos puntos donde puede ponerse muy interesante».
«La historia es buena,. Muy buena documentación».
«La incoherencia, como recurso literario, es solo uno más de los que un autor puede utilizar en un relato, y uno muy valioso, pero creo que debe ser administrada con cuidado».
No hacen su trabajo, se dan una vuelta con un manual y el pensamiento de dinero a toda costa. Citar algo tan ineptamente. La idea va a carecer de sentido, pero la idea del que cree tener la razón. No todos desde el establo redactan la obra. Lo hacen desde entornos improbables a su percepción.
La vida es un programa de reeducación constante donde debe predominar el cuidado a la referencia. La mayoría de las fórmulas han quedado en desuso, como los que piensan que ser un programador con impulsos fantásticos y estar rodeado de aduladores da licencia para establecer parámetros literarios.
Reflexiones nocturnas, extracción tres y cuatro.
Fotografía de Kajetan Sumila (en Unsplash). Public domain.
© Juan Carlos Vásquez
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