Nada significa tu rostro, tu cuerpo, el camino. Nada significa quedarme por una vez, por unos años; esas criaturas santas o no santas. Dar, recomponerse, pervertir, beatificarse, todos los colores en los matices, los rascacielos, bahía, suburbios... Entrar en ti y salir en las embestidas nocturnas. Dirigirse con una luciérnaga y aplastarla, estudiar tu cerebro mi cerebro, todos los cerebros al borde de otra dimensión. Casi fúnebre, casi teatral despegar una sonrisa, dejar de observar, inmovilizarme, lanzarse al vacío y sobrevivir; desmontando el fuego corretear hasta la pantalla de la habitacion angulando el dedo ligeramente. Nada significa
al borde, nada significa: nada significa; himnos y vientres, seis mil años luz, tu sombra arrastrándose de mano de la otra mano distinguiéndose en la penumbra.
© juan carlos vásquez
Imagen: Hussam Elsayed Elssa
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