Hemos llegado hasta aquí por una pendiente, moviéndonos entre el margen de extremo a extremo, tomando en las oscuras ciudades el líquido de la expectación, empujándonos a través del paso, dando la vuelta a la vacía esquina y a todo lo que fue creado, con los órganos en las manos y lo inexpresable en la cabeza, hasta alcanzar la cosa. Algo oculto no escrito envuelto en una mística mortaja, una re creación secreta y deseada para inspirar terribles pensamientos.
© juancarlosvásquez
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