Tontos y tontas, muy buenas tardes tengan todos ustedes, es aborrecible para mí poder presentarles a un sociópata tan importante y prestigioso en el mundo de los perturbados mentales como lo es el filósofo, Dr. en ciencias políticas y matemático, Gran Marval. Ya que mediante sus métodos nos ha demostrado ser un hombre despiadado, incompasivo. En todos y cada uno de sus actos ha sabido engañar, desviar la atención, para así, lograr sus apoyos y, por ende, el éxito.
La tarde de hoy viene a hablarnos de sus métodos para retorcerles la voluntad, pretendiendo mostrar desde el punto de vista ético, los sacrificios necesarios para lograr a posteriori una vomitiva apreciación del mundo que los lleve a todo tipo de desesperanza, incluso al suicidio. Le recomendamos pagar el impuesto, ondear la banderita, sentir ese algo que está en la sangre y que proviene de esta ciudad, viejo imperio del pasado, no protesten, disfruten de su nuevo confinamiento. Discurso de ofrecimiento:«Muy buenas tardes tengan todos los presentes, hoy 13 de junio de 2015. Cito, abro comillas. "Aniquilar da un sentimiento de poder y halaga algo oscuro, original, en nosotros. No es construyendo sino pulverizando como podemos adivinar las satisfacciones secretas de un dios. De ahí el atractivo por la destrucción y las ilusiones que suscita en los frenéticos de cualquier edad". Con este maravilloso texto de Emil C, quiero dar comienzo a mis palabras, mostrando que, ante el poder, la sumisión es el primer paso para dar largas a la existencia.
Creerán entenderme porque divagaré entre viejas y renovadas propuestas. Necesito de idiotas que representen a la víctima. Voy a desatar todas las advertencias, todas las amenazas. Debo de mantenerlos en vilo. Tienen que hacer un esfuerzo doloroso e incluir a sus familiares para que continúen en la cadena servil de mi enriquecimiento ilícito. En mi imaginación alimentada por sensacionalismo y misterio crearé todas sus fantasías, tanto sexuales como monetarias, antes de la fatalidad total para así ganar tiempo. Deberán hacerse cargo de toda la parte del trabajo sucio, mi equipo comprobará su eficiencia, el que no desempeñe con propiedad su labor tendrá preparado un castigo. Prescindamos, por muy seductoras que parezcan, de conductas anárquicas, no hay hipótesis que contemplen el triunfo de seres inferiores sin un regadero de sangre.
La multitud se puso de pie y aplaudió con total descenfreno. En medio de la algarabía los elogios fluían como ríos y sintieron una imperiosa necesidad de victimizarse a través de los métodos, todos intuían que algo maravilloso y genuino estaba por llegar.
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