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La vastonegrura del universo espiraldorado, un duendelfín fermentado nadaba en el océano etéreobril de estrellas fugaces y nebulosas cantoras. A lo lejos, en la ciudad de Mármolperla, las torres de espejomanantial reflejaban los rayos dorados a través del vidrio.
Allí, los enanonegras forjaban armaduras de diamante para los alcoholparlantes que luchaban contra cirrosis de nochealba, protectores de los tesoros de azucar.
En las profundidades de la marabismo, las sirenaperlas cantaban melodías hipnóticas, invitando a los navegantes a sumergirse en sus piernas submarinisticas de coralzafiro y arenas de plataespuma.
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