Parques, plazas y calles (reflexiones sobre los bancos)

En dirección a esa quietud poderosa desde donde se ve al mundo pasar. El silencio interior a pesar del bullicio. El desfile de personas y situaciones conlleva el hecho de maravillarse, pero también le es inherente una suerte de incertidumbre que en cualquier momento te puede hacer participe, cómo una gran extensión de sucesos inesperados. Desde hace tanto tengo la costumbre de buscar en la urbe y seleccionar un banco según un criterio estricto, en el que los ángulos permitan una perspectiva total sin convertirse en un punto de atención, y así sentir que hay un reaprendizaje de lo remotamente aprendido. Con todos y a la vez de estar con uno mismo. 


 Basta con prestar atención a las cosas más simples, al espectáculo de las sensaciones, de las personas que se despliegan ante nosotros en cada momento,  sus palabras, sus susurros y gritos, el sonido leve de unas hojas movidas por el viento, el rugir de una moto, el trino de los pájaros y de los rieles del tren que sale desde el subterráneo. El ritmo de la respiración, todo ese mundo sencillo, inmediato, próximo, que apreciamos cuando estamos actuando desde una distancia que no es tal, en soledad, a la escucha, mirando hacia lo que me rodea y nutre sin esas profundas explicaciones de los que dicen saberlo todo. Son tantos y tan variados. Por algún efecto tendencioso de la escritura buscó la apropiación de esos territorios abandonados de la contemplación, me invitó a la conexión continua del incesante flujo de movimientos y apariencias que sin decir nada lo están diciendo todo.

 El banco, de madera o metal, con  piezas de hormigón, con bloques o ladrillos. En medio de los árboles o los arbustos, agredidos por la urbe, indefinidos hasta el límite para hacer de la reflexión un privilegio y llevarnos de la mano por distintos escenarios de la intimidad. Desde mi posición el recorrido visual se llena de referencias y puede llegar a sobrepasarse en un acto de exaltación. Son muchos los entornos de ruinas, de las ciudades, desde donde nacen determinados destellos que actúan como puertas constelares. El ensayo gana en sus pasajes de largo aliento. Las búsquedas son múltiples, auténticas, universales, se desbordan con pasajes interesantísimos e inspiradores. 


© Juan Carlos Vásquez
Foto de portada Ryan Conrow en Pexels



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