La carta (San Francisco)




San Francisco – California, 2005


Han pasado tantos años y estoy muy apenado contigo porque hasta ahora no te he escrito. Te juro que he tenido muchos intentos, todos infructuosos.

La primera vez iba a comenzar con un ¿cómo estás? La segunda, fue contándote las penurias que pasé con una hermosa mujer de la que creí estar enamorado, pero ya sabes cómo soy, a los días ya no era nada; las líneas perdieron importancia. Me cuesta tanto escribirte, no sé cómo empezar.

He recibido algunas cartas y todas son tan vacías. Por otras bocas sé que estás bien. Me imagino todo el maldito camino y la angustia que tendrás que haber soportado para estabilizarte un poco. Por mi

Sinapsis

Parpadeando pienso para que pensar, atravieso mi ombligo, tumbado resuelvo inmovilizarme, no sollozar. Experimento una perdida, un neutro conforme respiro.  No tiene sentido (he pensado); la estructura de la cama, juntar cuerpos, consumirse por dentro entre materia y aire para producir amor, entre dos cerebros desandar lo andado, otra vez decir  «ya no», y si fuese, y así volver  a los silencios tratando con los  oligoelementos y aminoácidos  esenciales para la recuperación neuronal.

 

Desmoronando el cráneo y la sinapsis me hundo por ella, empujo todo el intento bajo mis sienes y apuntó. En nuestras procesiones  todo es una maniobra  veloz y a destiempo, el drama de quitarse la ropa  y fornicar.


Copyright © juan carlos vásquez 


Te Perdono Dios

En esta colección
que amenaza mi garganta
me apunto a la meta
entre aplausos con derecho para
acelerar aunque sangre mi nariz.
Te Perdono Dios
por darme el inquietante
deseo que hurga 
constantemente en mi vientre,
por darme el poder
de la palabra con la cual
manipular según mi 
antojo y circunstancia.
Te perdono Dios,
por dejarme en el libre
albedrío que comanda mis deseos
y que casi siempre son
las consecuencias de mis
descalificaciones.
Es un dia soleado
en el que juegan los
niños
y el tiempo 
con sus marcas,
con sus cicatrices
de camino,
como si nada.
Todo es tan evidente,
todo sigue igual
y hacemos de multitud 
en un éxtasis de ruleta
rusa donde no pasa de moda.


Manhattan 2003
Copyright © juan carlos vásquez / Cabeza del Cordero.




Reversos

De inmediato la pigmentación se hizo oblicua, enarbolando estalla, crea un arco de seda destellante, largos pasillos hasta un punto de infinitas dimensiones que terminando empieza. 

 

copyright ©juan carlos vásquez


Entrevista a la escritora inglesa Susana Medina, por Juan Carlos Vásquez



[Photo: Derek Ogbourne, 2012]

Entrevista realizada por JUAN CARLOS VÁSQUEZ


-¿Qué te impulsó a ser escritora?

De adolescente, cuando tenía 14 años o así, escribía poemas nefastos, como hacemos muchos adolescentes. Por aquel entonces, una lectura vital y totalmente trasformativa fue Hojas de Hierba de Walt Whitman. Me encontré con una visión donde se celebra todo, una visión panteísta y eufórica, un canto que es energía pura, la palabra como energía, como alquimia. Fue un momento decisivo. Empecé a escribir cuentos, me dieron unos cuantos premios, tuve un profesor de literatura que digamos que me apoyó, amigos que esperaban que escribiera. Así es que me encontré con una vocación que yo no sabía si

Melodias de la Noche

Hay un sonido eterno en mi mente, el ordenador de a bordo con piloto  automático solo oye al dueño de vez en cuando. Hay un sonido eterno en mi mente que a las cinco duerme con los  ojos abiertos, y no sabe que festeja.

 

Que rompa el final en una fiesta a solas con un cuerpo. Que al cerebro le escale la sangre sin control, el llanto en lo oscuro, un himno silencioso, el momento en lo incierto.

 

© juan carlos vásquez


Entrevista a la escritora Laura Orvieto, por Juan Carlos Vásquez


Entrevista realizada por JUAN CARLOS VÁSQUEZ

Yo no elegí ser escritora, es más no lo soy. Es la tarde que me elige a mi, es este día sin sol. La lluvia, el viento que mueve las hojas de este árbol viejo al que me arrimo. La melancolía del ayer, el temor y la alegría del mañana. ¿Por qué siento las cosas de esta manera? ¿Por qué me quedo a pensar y no me voy como el resto a ponerme tetas postizas? El mundo se detiene ante mí, para mí. Yo tan solo lo admiro, lo analizo. Yo solo escribo." 

—¿Cómo entraste a la literatura?

—Yo escribí desde siempre, desde la escuela atrás de los cuadernos. Y de adolescente en las servilletas de todos los lugares, hasta que

Con Alicia al Pais de las Maravillas

Te invito a descolocar aun más tu centro
desde este efecto de desinhibición

te voy a a mostrar algo mas allá del cannabis

te invito a viajar en ti misma

por donde las convenciones sociales son cementerios.

Hay una terapia que consiste
en dos cuerpos que arrastran
el universo con las uñas

que afinan la contemplación entre
descargas orgásmicas

enlazando todas las fibras que al
deshacerse mataron al amor.

Te invito a ir mas allá de los sonidos

De cómo el alcohol me ayudo en la vida



 Nueva York, 2003


Voy a contarles una historia muy peculiar y contradictoria, la realidad de mi vida en aquel sentimiento generalizado que todos repudian. Mi nombre es Fausto Ramandino, tengo setenta y tres años. Ahora sentado sobre un puente rememoro, con nostalgia, tantos episodios de mi vida. Me doy cuenta de que en mi caso se comprueba el destino, pero aún y con mi experiencia, no sé si me salvaré de la sentencia que se personifica en esos momentos. 

    Siempre llegan a mí, después de la botella de turno. Preparo la mesa, siempre dos copas, aunque

El tejado (desde la perspectiva de un gato)




A temprana edad me trajeron aquí, un hogar de clase media, unos esposos muy arraigados a las tradiciones. Sus traviesos dos niños me halaban la cola y me bañaban con agua fría. Me pusieron el nombre de Alfonso y me tiraron al patio con un perro que me odiaba. La comida nunca me faltó, aunque mi plato más apetecible eran las iguanas que caminaban por los árboles frutales. Todos estupefactos veían como operaba sobre su piel de la forma más sigilosa para retirar siempre los órganos que me resultaban repugnantes.
 Como pude crecí, entre peleas callejeras y contratiempos, con un ojo infectado producto de un ataque de uñas que casi me deja ciego. Desde el tejado veía la vida, escenas extrañas. El hijo del

Tres días (la Etamina, Zyprexa y quizá el Dipamine, forman un cóctel estupendo, cuanto menos para hacer un viaje)


Como todos poseo orgullo y debilidades; pienso cosas, reclamo, me voy, vuelvo y tú vuelves con todo, cuando regreso. Hasta en el desequilibrio asomas la cara y me da risa en el tembleque, estoy cansado. Todo es cuestión de percepción, no te dejes engañar por los sentidos, siempre hay algo que se está fracturando y enseñará la sorpresa. Atrévete a imaginar. No importa que sea un juego corto, solo hasta que los temperamentos se carguen y volvamos a agredirnos verbalmente. Sí, es verdad, entonces regresaremos irremediables a elegir la personalidad que más odia el uno del otro, como un círculo, como la rutina que tanto odiamos y que solo cumplimos por la conciliación del sexo. (San Francisco, California, 2007)

ENTRADA DESTACADA

Entrevista a Pablo López (Iconoclasta), por Juan Carlos Vásquez

-Ripoll, Barcelona... «Un poco de hostilidad no puede hacer daño en un mundo melifluo e incruento hasta el hastío». P ablo López...